LA VOZ DE ALMERÍA

Coordina: Luis Vera. Diseño: Ignacio López-Gay
Ultima década del siglo XIX. La crisis del 98 y la regeneración como señas de identidad de un periodo de tiempo que, para Almería, supuso también la llegada de un medio de comunicación vital como es el Ferrocarril. Llegaba con retraso, y para la provincia suponía un fuerte impulso para su desarrollo económico. Junto a él, el desarrollo de la industria minera y obras emblemáticas de la ciudad como la Estación de Ferrocarril o el Cable Inglés llegaban a la ciudad. El profesor García Valverde, especializado en el siglo XIX, desarrolla en este libro un amplio análisis de la situación de la Almería de la época y de la consecución de una necesidad que todavía hoy da dolores de cabeza: el tren.

La Estación del Ferrocarril se terminó en 1893, La línea ferroviaria se puso en funcionamiento en 1895 con la inauguración del Ferrocarril Guadix-Almería, firmaron el acta de entrega del Ferrocarril D. Nicolás Salmerón, D. Ivo Bosch y el Conde de Ximena. También el político alicantino D. Carlos Navarro Rodrigo conseguía el aumento de la subvención del Gobierno para el ferrocarril almeriense, realmente nos interesa el ferrocarril en este apartado como el hecho de ser un posible impulsor del crecimiento de la ciudad de Almería en los terrenos cercanos a la Estación, pues en los años de finales del siglo XIX se consideraba que la Avenida de la Estación podría ser un hermoso lugar de crecimiento de la ciudad, donde se podría construir un hermoso Paseo, que gozaría sobre el Paseo de Almería de la ventaja de ser un lugar llano, con facilidades para pasear, mientras que el Paseo de Almería tenía importantes inclinaciones -el Paseo tenía un desnivel del 3%-, desde el mar hasta la Puerta de Purchena eran una constante subida. Pero en aquellos tiempos delante de la Estación había una hondonada que se embarrizaba con las lluvias; terminada la Rambla carecía de puentes que uniesen la Estación con el centro de Almería, y cuando crecían las aguas la Estación quedaba aislada, las autoridades de Almería solicitaron en repetidas ocasiones al Gobierno de Madrid la construcción del Puente -que recientemente ha desaparecido con la creación de la hermosa Avenida de la Rambla-.
El Ayuntamiento de Almería formó diferentes Comisiones que viajaron a Madrid en varias ocasiones para que se obrase el puente, que se construyó en 1902; también deseaban la autoridades de Almería que se construyesen otras pasarelas peatonales sobre el cauce de la Rambla, además de solucionar la cuestión del foso anterior a la Estación; igualmente las autoridades velaban por el impulso de las obras del puerto, ferrocarril, negociaban la construcción de una nueva cárcel. La creación de la Gran Avenida del camino de la Estación no se logró hasta entrado el siglo XX, amplios espacios como el Tiro y otros descampados permanecieron como solares sin construirse hasta fechas de mediados del siglo XX, cuando las viviendas se multiplicaron al Este de la Rambla hacia la Estación ferroviaria, aunque el arquitecto D. Trinidad Cuartara había proyectado la urbanización de la zona del Levante de la Rambla con grandes avenidas y hermosas manzanas de casas, desde fechas de finales del siglo XIX.

El Ferrocarril
En las fechas de 1898 se construía para Almería el Ferrocarril, los Almerienses vivían con entusiasmo las noticias relativas a los avances que se lograban en la vía férrea, que desde 1895 unía Almería con Guadix y que cuando se terminase la línea Almería – Linares se podría comunicar en menos de un día, unas 15 horas, Almería con la capital de España, ya que entonces para marchar a Madrid se tenía que tomar el barco, que desde nuestro puerto les llevaba a cartagena o Málaga y posteriormente coger el Ferrocarril hasta Madrid, suponía varios días de viaje, unas 40 horas mas tiempo que se perdía en enlaces entre uno y otro transporte.
Durante la última etapa de los Gobiernos de Isabel II se comunicó Madrid con las principales regiones marítimas (Barcelona, Valencia, Alicante, Cartagena, Málaga, Cádiz, Santander, Bilbao, San Sebastián), se comunicaba el Centro de España con la rica periferia, pero Almería no consiguió el ferrocarril.
Almería en fechas anteriores a la caída de Isabel II deseaba el ferrocarril, así en nuestra ciudad el Ayuntamiento trata el 19 de Septiembre de 1868, cuando ya estaba iniciada la Revolución en Cádiz que terminaría con el reinado de Isabel II, sobre cuestiones relativas a las característica de la línea de ferrocarril que debería unir Granada con Almería.
El Gobierno de Isabel II había aprobado en 1864 un magno plan de ferrocarriles con la intención de unir todas las capitales de las provincias con Madrid, comunicando entre ellas las zonas litorales, con una línea férrea de San Fernando Almería Málaga -desafortunadamente nunca se retomaría el Proyecto-. Este gran plan se realizaría en diez años, pero la Gloriosa Revolución Septembrina de 1868 terminaría con este Proyecto que sería olvidado por siempre.
En 1869 se presentó en las Cortes el nuevo Proyecto de Ferrocarriles, siendo ministro de Fomento don José Echegaray, que como ingeniero había tenido destino en Almería y conocía las dificultades de comunicación de nuestra Provincia que tan solo contaba con unos 60 kilómetros de carreteras y no tenía línea férrea. El Proyecto contaba con la línea Linares Mengíbar – Jaén – Almería, fue ¡probado en Junio de 1870 y este Proyecto contaba con una línea de mayor longitud que la construida definitivamente y terminada en 1899; además contenía la línea transversal de Almería Murcia.
Este Proyecto era de excesivo recorrido y disgustó a los comerciantes de Almería y fuerzas vivas de nuestra ciudad, que en 1870 consideraban que la línea que atravesaba Sierra Nevada por Huelma era excesivamente larga y costosa, deseando una línea más corta que era la divisoria entre las aguas del Mediterráneo y el Atlántico que se situaban en el Guadiana Menor, la nueva línea deseaban que pasase por Guadix y que diese salida a los productos de las ricas lomas de Úbeda, enlazando por Baza o Linares con la red de ferrocarriles, este proyecto de ferrocarril Linares Almería era también muy apoyado por la ciudad de Úbeda, pero las autoridades de Jaén deseaban que el ferrocarril atravesase su ciudad.
El Proyecto tuvo dificultades de financiación, ya que el Estado solamente aportaba 60.000 pesetas por kilómetro, mientras que en las líneas de Gijón-León y Ponferrada-La Coruña había aportado el doble, lo que era considerado injusto por los Almerienses que recordaban las enormes sumas de dinero que nuestra Provincia ingresaba en las arcas del Estado.
En los años de 1870 se realizaron actos y asociaciones para impulsar la construcción del ferrocarril, el cual se consideraba fundamental para dar salida a las riquezas mineras de Almería, como era el Plomo y Plata de la Sierra de Gádor, el esparto de nuestros montes, dar salida a las explotaciones mineras de mineral de hierro de las minas de la Provincia de Granada, entre las que tendría un lugar destacado la minería de Alquife, la Provincia de Jaén se vería beneficiada dando salida a sus Productos agrícolas, aceite, aceitunas. La futura construcción de la línea de Granada Murcia favorecería la salida de los productos mineros, fundamentalmente mineral de hierro, de las minas de la Sierra de los Filabres. Con la construcción definitiva de la línea del ferrocarril, esta sufrió importantes recortes en su recorrido, quedando privada la zona del Andarax de los ferrocarriles, que hubiesen supuesto una rápida salida a sus uvas de embarque.
Fue importante la llegada a Almería como Ingeniero Jefe de don José Trías Herráiz, que había sido discípulo de Echegaray, en nuestra ciudad realiza el Proyecto del Ferrocarril de Almería Guadix en los años de 1875-76, su obra se vincula a la ciudad Almeriense, ya que dirige las obras del Puerto con las dimensiones superiores a anteriores planes, la traída de aguas, además de presidir durante una etapa el Ateneo. En sus estudios sobre las ventajas del ferrocarril en Almería consideraba que por sus transportes podría suponer unos beneficios de hasta el 5% anual, pero para la construcción del ferrocarril Almeriense se tuvieron que vencer enormes dificultades de tipo económico.
Se consideraba que la línea del ferrocarril Linares-Almería no era rentable y en la subasta de la línea en 1889 quedó desierta, las empresas no pujaron pues la consideraron ruinosa, el Estado concedió la construcción de la línea al Banco General de Madrid, que en un espacio de diez años terminó este tramo de ferrocarril.
El ferrocarril fue una magna obra realizada en los años finales del siglo XIX ya que comunicaba a Almería por Linares con el centro de la nación, el trazado definitivo fue distante del largo recorrido proyectado en los años de 1870, donde se deseaba que el ferrocarril pasase por Jaén, Baza, Fondón, Canjáyar; el trayecto definitivo proyectado en 1891 acortó distancias, por lo que las líneas férreas tuvieron que vencer profundos desniveles con curvas que debían ser tomadas lentamente por su peligro, además de forzar las máquinas los frenos en las bajadas, trabajos que conllevaban el riesgo de averías, por lo que posteriormente hubo que electrificar parte del tendido ferroviario en Almería, para dotar de potentes locomotoras a los transportes de minerales que diesen seguridad en sus pendientes y curvos recorridos. Al acortarse el recorrido la línea férrea tuvo que vencer diferentes largos puentes, además-de no pasar por las comarcas uveras cercanas, al Andarax.
La construcción del ferrocarril de Almería fue posible gracias a la acción del político alicantino Carlos Navarro Rodrigo, que siendo ministro de Fomento con Sagasta logró ampliar los créditos para la construcción de la línea del ferrocarril Almeriense. También fue muy importante la intervención del hombre de negocios catalán D. Ivo Bosch, que fue Presidente del Consejo de Administración del Banco General de Madrid, entidad que adquiere la construcción de la línea Linares-Almería, después de que hubiese quedado desierta la subasta el 18 de Mayo de 1889, considerada ruinosa por los pujadores.
En 1895 se inauguró la línea Guadix-Almería, en acto participaron el Obispo Santos Zárate y Nicolás Salmerón.
El 12 de Marzo de 1899 llegó a Almería el ferrocarril inaugural que enlazaba Linares con Almería.
La Estación del Ferrocarril estaba terminada en 1893, se construyó en los años en los cuales se realizaba el Mercado Central, ambas obras utilizan técnicas propias de la Arquitectura del Hierro, estando presentes muestras de la tendencia historicista en la magnífica Estación Ferroviaria Almeriense. Esta obra tiene fachadas levantadas en sus cuatro costados, siendo la de mayor realce la fachada central donde se eleva un espacio triangular en tres cuerpos construido básicamente en hierro cerrando sus espacios enormes cristaleras enmarcadas con un arco de hierro de medio punto y rematadas por un enorme frontón triangular que muestra el orgullo del triunfo del sistema de construcciones de hierro, base de las comunicaciones del ferrocarril. El Salón Central es un magno espacio destinado al recibimiento de viajeros con ventanillas para la venta de billetes, majestuoso espacio que creo se ha encontrado insuficientemente utilizado, pues realmente ha sido un lugar de tránsito entre las tres puertas de entrada bajo marquesina y los andenes, sin acomodaciones a las lógicas y a veces largas esperas, para las cuales se destina n espacios laterales, pues los edificios de ambos lados, de dimensiones modestas en relación con el central. se utilizaron de cantina o espera de pasajeros y oficinas en el edificio de Poniente; los edificios laterales son salientes respecto el central, dejando espacios para una plaza exterior ante la Estación, las parte superior del edificio muestra una clásica decorativa columnata balaustrada, pero en los edificios laterales destaca la decoración ecléctica, con motivos ornamentales propios de nuestra región, predominan los materiales de ladrillos y cerámicas -frecuentemente vidriada-, evocando un cierto mudejarismo andaluz, con tendencias historicistas eclecticistas, en ocasiones recargadas, barroquizantes por sus retorcimientos de formas.
La Estación del Ferrocarril junto con el Cable del mineral Inglés, es una clara muestra deltriunfo de las tendencias constructivas de la arquitectura del hierro, que fueron seguidoras de las tendencias innovadoras marcadas por la escuela de ingeniería francesa en la que destacó la obra de Eiffel, la torre de Eiffel fue el símbolo de la Exposición Universal de París de 1889, causó admiración en Almería -en la feria de Agosto Almeriense en 1889 el objeto que causó sensación y que vendía la casa Batlles, fue una reproducción pequeña en cartón y madera de la torre Eiffel—, pero esta arquitectura en hierro y cristal ya se venía utilizando en numerosos edificios, palacios, jardines, construidos en Londres, París y otras ciudades. Realmente estas construcciones Almerienses de hierro y cristal responden a una tendencia de la época de empleo de nuevos materiales. El Cable Inglés fue levantado para dar salida a los productos de mineral de hierro de las Minas de Alquife, fue construido desde 1901, siguiendo las tendencias impuestas por la ingeniería de Eiffel, se considera una gran muestra de la Ingeniería del Hierro, pero tuvo sus inconvenientes ya que el transporte del rojo mineral ensuciaba las casas situadas al Levante del Puerto Almeriense. El ferrocarril conllevó la construcción de enormes puentes de hierro para salvar los profundos valles almerienses, entre ellos de enormes dimensiones fue el puente de Santa Fe de Mondújar sobre el Río Andarax.

El negocio minero
Enorme riqueza habían supuesto las minas de plomo, también se obtenía plata, de las Sierras de Gádor y de Almagrera, que hasta los años de la década de 1880 posibilitaron el enriquecimiento de sectores d la burguesía Almeriense que había invertido en minas; hab ían levantado fábricas de fundición el levante de Almería, incluso en las cercanías de la ciudad, también en Adra, siendo de enorme importancia la Fábrica de San Andrés, de la que se conservan sus ruinas. Las explotaciones de plomo abundaban primeramente en la Sierra de Gádor y después en el Levante de la Provincia, en la Sierra Almagrera donde destacaba el barranco del Jaroso. Aunque el mineral se exportase hacia Inglaterra, también iban barcos a Francia con el mineral de plomo Almeriense, gran parte de las ganancias quedaban en nuestra Provincia, se levantaron edificios de viviendas y fábricas que daban trabajo y producían en Almería plomo en barras.
La industria del plomo en Almería supuso trabajo para los habitantes de la Provincia y se mantuvo su producción hasta fechas finales del siglo XIX, en el que el agotamiento de las minas, la caída de precios del plomo en los mercados internacionales, pero fundamentalmente las inundaciones de agua sufridas en las minas de Almagrera, que fueron muy perjudiciales desde 1886, supuso la ruina de un sector productivo que creo riqueza para la Almería del siglo XIX.
En los años finales del siglo XIX y principios del XX Almería tenía una producción media superior a las 500 mil toneladas de mineral de hierro, con una producción que oscilaba entre el 5 al 10 por ciento de la producción española del rojizo mineral, las principales minas del hierro se encontraban en Sierra Alhamilla y en los Filabres. Estas producciones aumentaron en la primera década del siglo XX y hasta fechas de comienzos de la I Guerra Mundial, en 1913 Almería produjo 1.350 miles de toneladas de mineral de hierro, con la Guerra se cortó el suministro de hierro hacia Alemania, que había supuesto el 40 % de las compras en fechas anteriores y se produjo una caída en las exportaciones del hierro de Almería.
En los años finales del siglo XIX el negocio minero relacionado con el mineral del hierro tuvo importancia en nuestra Provincia, pero resultaba que las inversiones en las minas de Almería eran fundamentalmente de capitales extranjeros y algunos procedentes de las Vascongadas, eran los ingleses propietarios de numerosas minas, en menor proporción los franceses y a comienzos del siglo XX se introducen los capitalistas alemanes que necesitaban hierro en una época en la cual preparaban una poderosa armada para enfrentarse a la inglesa y un creciente armamento para su ejército, en tiempos de carreras de armamentos entre los países Germánicos e Inglaterra, en menor proporción se armaba la potencia francesa, entonces colonialista, conllevarían estos hechos a la Gran Guerra de 1914. Almería es fuente de envíos de mineral de hierro para Inglaterra y Alemania, estos países montan extraordinarios sistemas industriales con fábricas de Siderurgia, pero en Almería nuestro antepasados pasan hambre con los míseros sueldos que ganan los mineros en el trabajo de sacar el mineral del interior de la tierra, nuestra Provincia era explotada por el Capital Imperialista bélico inglés, alemán y francés, no se crearon fábricas de trabajos del hierro, siderúrgicas, altos hornos; industrias extranjeras serían alimentados con minerales de Almería, pero en nuestra Provincia no se levantaron industrias y cuando faltaba el trabajo los Almeriense marchaban a países de África, entonces a Oran, posteriormente al campo de Melilla, al Marruecos Español, muchos otros hacia las Américas.
En los años de principios del siglo XX se construía el Cable Inglés, comienza a construirse en 1901, este cargadero de mineral situado en el antepuerto de Almería era construido siguiendo las líneas de la ingeniería de grandes obras de hierro creadas por el francés Eiffel, que hace escuela en el sistema de construcción de monumentales torres, puentes, edificios, usando el hierro como soporte fundamental constructivo; por las clases sociales de la época se esperaba que el cable de la Compañía de las minas de Alquife supondría el aumento del empleo entre los trabajadores del puerto de Almería.
En general los capitalistas de Almería relacionado eón el negocio minero invirtieron en bienes de inmuebles y en depósitos de dinero colocados en el Banco de España.

Las comunicaciones
Las autoridades de Almería trabajaban para que se reparase el telégrafo directo con Madrid, ya que el tendido Madrid, Almería, Melilla, no tenía cable entre Almería y Guadix, por lo cual los telegramas se retrasaban pues venían procedentes de otras Provincias. Almería carecía de teléfonos en 1900, desplazándose a Madrid una comisión con el Alcalde Sr. Antonio Iribarne que se entrevista con los Ministros Gasset y Dato.
Después de muchas dificultades la línea del ferrocarril Linares Almería era una realidad en fechas de finales del siglo, lejos estaban las dificultades que había atravesado Almería para contar con ferrocarril, la planificación de los Gobiernos de Isabel II de unir las ciudades costeras con ferrocarriles fue abandonada tras el triunfo de la Gloriosa Revolución de 1868, los estudios de la línea que uniría Almería con Linares, realizados en 1871, hacían pasar el ferrocarril por Jaén y resultaba larga; incluso el 18 de mayo de 1889 quedó desierta la subasta de la línea del ferrocarril de Almería ya que se consideraba ruinosa, pero el hombre de negocios catalán, don Ivo Bosch, adquiere la realización de la línea, esta persona fue Presidente del Consejo de Administración del Banco General de Madrid.
Don Ivo Bosch había nacido en 1854, era hijo de un Registrador de la la Propiedad de Arenys de Mar, había realizado estudios hasta los 14 años, fue dependiente de un corredor de Bolsa en Barcelona donde aprende el negocio, posteriormente fue auxiliar y consigue instalarse por su cuenta, se traslada a París en 1879. consiguiendo cargos de importancia en el Credit Mobilier francés y en el Banco General de Madrid. Participó en la construcción de ferrocarriles en Iberoamérica y Francia.
Almería necesitaba la llegada del ferrocarril, el cual daría movimiento al puerto de Almería que era el más cercano a Orán, en una época en la que se pensaba en una nueva expansión colonial en territorios del- norte de África. En 1902 España mantuvo tratados con Francia por los cuales nuestra nación se expansionaría por el norte de África hasta la hermosa ciudad de Fez, lo cual supondría que nuestra nación hubiese adquirido hermosísimas tierras regadas entre otros por el río Sebu, además de las montañas del Rif, que se creían de riquezas mineras. Almería en esta posible expansión colonial era el puerto español más cercano a Orán, sólo a 12 horas de vapor, y con comunicación marítima con Melilla; aunque existía en la época un considerable comercio con Marruecos, se les vendían armas y granos, corriendo en sus mercados las monedas españolas, el peligro de una intervención británica imposibilitó la expansión norteamericana de España en Marruecos en las fechas de principios del siglo XX -posteriormente España sufrió la dura oposición rifeña a la ocupación de sus territorios-. La expansión en tierras de Marruecos se consideraba una salida para colocar mercancías, conseguir mercados, obtener materias primas mineras, era considerable la riqueza del hierro del Rif, con minas cercanas a Melilla y políticos y hombres de negocios de nuestra patria, incluso la prensa de Almería, consideraba a Marruecos como una zona de expansión colonial española tras la perdida de las Colonias de Ultramar, Cuba, Filipinas y Puerto Rico, según el tratado de París del 10 de Diciembre de 1898.
En la línea del ferrocarril de Almería destacó la obra de ingeniería del viaducto del Salado, se tuvieron que emplear 400.000 kilos de cemento. El lanzamiento de la parte metálica fue presenciada por los alumnos de la Escuela de Ingenieros de Madrid, el viaducto contaba con 315 metros de longitud y 110 m. de altura; su obra se realizó en enero de 1899, era un avance técnico en su tiempo, su obra fue dirigida por el ingeniero francés Ernest Guerín, que regresó después a Francia.
La terminación de la línea de Almería Linares supone la unión directa de Almería con Madrid, sin necesidad de trasladarse a otros lugares por tierra, hacia Huércal Overa, o por mar hacia Málaga o Cartagena.
Aunque el tendido de líneas férreas del ferrocarril estaba terminado, aún no estaba debidamente comunicada la Estación de Almería con la ciudad, ya que carecía de un puente que la uniese a la ciudad, sobre la rambla no había puentes, el de hierro se construiría en 1902, también pusieron unas pasarelas peatonales que permanecieron en nuestro siglo varias décadas.

Inauguración
El ferrocarril de la inauguración llegó a Almería un 12 de Marzo de 1899, celebrándose fiestas en Almería que duraron del 11 al 16 de Marzo de 1899.
Durante aquellos días se repartieron pan a los pobres, cooperando en ello el Ayuntamiento, Instituciones de caridad de Almería, la Sociedad de Amigos del País, este acto demostraba el estado de miseria que atravesaba nuestra Provincia y el País.
Se dieron comidas extraordinarias a los presos de la cárcel y a los pobres del Asilo.
Hubo actuaciones musicales del Orfeón Catalán y de la banda de música del Regimiento de Ingenieros.
Hubo dos corridas de toros, actuando en nuestra plaza el día 13 de Marzo los espadas Guerra y Reverte, el día 15 intervinieron los matadores Cordobeses, Machaquito y Reverte.
También en la feria de Agosto de 1899 hubo corridas de toros, y aquella feria de 1899 fue de mayor animación que la celebrada en 1898, acudieron a Almería numerosos forasteros.
Siguiendo con las celebraciones de la llegada del ferrocarril, en Almería se dieron solemnes misas, cabalgatas de carrozas, carreras de bicicletas, banquetes, conciertos, veladas literarias, bailes públicos, los actos culturales en el Colegio del Jesús, donde hubo recepciones oficiales, en el Casino, donde se celebró el solemne baile que cerraba las celebraciones el día 16 de Marzo desde las 10 de la noche, ya que aquellos Almerienses consideraban que Almería se sumaba a la Regeneración, por la cual los políticos de Almería como Jover, Emilio Pérez, los Amat, los iribarne, Sebastián Pérez, Pío Abdón Pérez, Guillermo Verdejo, los primeros conservadores y los segundos liberales, habían luchado, a los cuales se sumaban los republicanos, como don Nicolás Salmerón de ideología contraria a la monarquía, pero que deseaba el florecimiento de la economía de su tierra e intervienen en cuestiones relacionadas con el ferrocarril de Almería, estando presente en los actos del enlace con Guadix en 1895; también trabajaron por el progreso los hombres republicanos vinculados al periodismo y la política en Almería, José Jesús García y Manuel Pérez García. Almería para su política de mejorar sus comunicaciones había encontrado el apoyo de ministros de la Regencia, los liberales Canalejas y Navarro Rodrigo, el conservados Silvela, pero fueron los políticos liberales los que con decisión mayor apoyaron las ideas del ferrocarril con Almería, una gran obra, pues la línea inaugurada tenía una extensión de 242 kilómetros y entonces se deseaba completarse con la que enlazaría Moreda con Granada, en la cual trabajaban 600 obreros en Enero de 1900; ya se proyectaba la línea Baza Murcia, que uniría Almería con el Levante Península y que funcionó hasta que hace unos años, década de 1980, fue abandonada.
Almería ha carecido de líneas costeras que la uniesen con Málaga y Murcia.
La llegada del ferrocarril de Linares a Almería fue el enlace con la red de ferrocarriles españoles, una obra que traía el progreso a la ciudad, ya que el viaje a Granada se había realizado en épocas anteriores mediante Diligencias tiradas por animales, que volcaban y se atrancaban cuando había lluvias por mal estado del suelo.
Para mejorar las comunicaciones marítimas se construía el andén de costa y el dique de Levante en el Puerto.

FICHA DEL LIBRO
Título: Almería entre dos siglos. Crisis del 98 y regeneración.
Autor: Martín García Valverde.
Eduta: Grupo editorial universitario, IEA, Diputación de Almería y Librería Universitaria.

EL AUTOR. Nacido en Granada en 1947, pero bautizado en las claras de Almería, García Valverde ha estado dedicado  a esta provincia como profesor de instituto y como investigador e historiador. Licenciado en Historia, hizo su doctorado por la Universidad de Granada sobre “Almería durante el Sexenio Revolucionario”

“Los almerienses tuvieron que luchar 30 años para que llegara el ferrocarril”.
Especializado en el siglo XIX, Martín García Valverde ha dedicado sus esfuerzos investigadores a la etapa del Sexenio Revolucionario en la provincia de Almería, aunque su trabajo le ha permitido adentrarse en otros aspectos, como es este libro que ahora recogemos titulado Almería entre dos siglos. Crisis del 98 y regeneración, publicado recientemente, con motivo del centenario del 98. En él, como su autor explica, toma el pulso “a la situación política, económica, social y de otros ámbitos de Almería en la última década del siglo XIX, estudiando concretamente la influencia del 98 y la regeneración en Almería”.
Dentro de ese amplio estudio, pueden encontrarse varios capítulos dedicados a la llegada del Ferrocarril a Almería, un hecho que, según García Valverde, es “el más importante de esa etapa”, tanto por lo que supone como por lo costó: “Para que llegue el ferrocarril a Almería hay previamente una lucha bestial de los almerienses que se prolonga durante más de treinta años. El retraso de la llegada es obvio: mientras que en toda España se celebra ahora el 150 aniversario del ferrocarril, en Almería lo hacemos de los 100 años”.
García Valverde describe el momento en que esto ocurrió: “una época de amplitud de miras, en donde se hacen algunas de las más importantes obras de la ciudad, como el Paseo, que aun hoy sigue siendo la principal avenida de Almería”.
García Valverde, entre los muchos datos aportados, recoge aspectos singulares, como el hecho de que en Almería predominaran políticos “cuneros” que eran los que debían preocuparse por los aconteceres de la provincia, con los consiguientes resultados, que no siempre eran negativos. “La historia del Ferrocarril comienza en 1868, cuando Isabel II decide unir todo el litoral con la vía férrea. Echegaray, que había trabajado como ingeniero en Almería, apoyó la idea de que el tren pasara por aquí”. Pese a ello, el proyecto se desarrolló con una gran pugna con Jaén.
En 1889, la concesión de la línea queda desierta, “por considerarse la línea con Linares ruinosa. Lógicamente, causa una gran decepción”.
Será el empresario catalán Ivo Bosch el que, según García Valverde, ponga en marcha el que será el principal medio de desarrollo de la provincia durante esos años: “Bosch se hizo con la línea y en 10 años la puso en marcha. Era muy peligrosa, debido a encontrarse en las estribaciones de Sierra Nevada, pero Bosch lo desarrolló y se convirtió en el verdadero regenerador de Almería”.
Junto con el ferrocarril, en Almería se desarrolló la industria de la minera, y con ella, se construyó el Cable Inglés en la ciudad, “que se veía con una perspectiva de futuro, ya que podía dar vida al puerto, a los trabajadores de la ciudad. Era fundamental para activar la economía almeriense”. Y efectivamente, la riqueza que su existencia implica, con el desarrollo de las minas, es fundamental. “Pero las minas se agotan, sino, Almería hubiera crecido mucho más”.

GARCÍA VALVERDE es autor de diversos artículos, entre los que se cuenta “La Almería de hace cien años “, merecedor de la placa José María Artero de la Casa de Almería en Barcelona. En 1997 publicó El episodio de los Coloraos en la Historia Almeriense, editado por el Instituto de Estudios Almerienses.