A comienzos del mes de marzo de 2008 se han iniciado los trabajos de demolición de las instalaciones de descarga de mineral de hierro que la antigua Compañía Andaluza de Minas tenían en la estación de Almería. Han pasado más de once años desde que el último tren minero vaciara su rojo contenido en las tolvas habilitadas desde mediados de la década de los 70 del siglo XX para facilitar su trasvase al enorme silo anexo, el “Toblerone”. Era la operación previa a su embarque a través de cintas transportadoras subterráneas hasta el gran pantalán situado a levante del viejo “Cable Inglés”. La modernización que la C.A.M. abordó en aquella época supuso la eliminación de las nubes de polvo rojo que teñían al barrio almeriense de Ciudad Jardín. Antes de entrar en servicio las instalaciones que ahora están siendo desmanteladas los trenes llegaban hasta el borde del mar por un ramal elevado para depositar el mineral de hierro en un silo descubierto junto al embarcadero.

Suponemos que estas operaciones son el primer paso para la transformación de los terrenos ferroviarios actuales que dará lugar al famoso soterramiento pues, según últimas noticias, está a punto de ver la luz una vez  lleguen a un acuerdo definitivo todas las Administraciones implicadas.

Este es un episodio más desde que un día de octubre de 1996 dejaron de oírse los rebufos de la locomotora diesel 1.300, ya relegada a maniobras, el rechinar de las zapatas de los frenos de los vagones, el trantran de los trenes y el ruido de las vibradoras en el túnel de descarga que ya, hoy, son chatarra.