En el seno de nuestra asociación surgen con frecuencia comentarios acerca de este tema, que últimamente aparece con bastante frecuencia en los medios de comunicación, y del que a veces incluso se nos pide opinión.
Nuestra postura es clara: se trata de un asunto de carácter puramente urbanístico que atañe a la capital almeriense exclusivamente y, en cierto modo, queda fuera de las competencias que son propias de esta asociación. No olvidemos que nuestra organización es de ámbito provincial, por dos razones fundamentales: porque la distribución demográfica así lo aconseja, pero muy especialmente por la necesaria unidad que creemos que debe existir entre todos los almerienses frente a la actual problemática que padece nuestra provincia en materia de ferrocarril.
Esta asociación únicamente emitiría una opinión desfavorable al soterramiento en el caso de que esta medida fuera en detrimento de la calidad del servicio o supusiera un obstáculo o un retraso en el futuro desarrollo de este medio de transporte a nivel provincial, aunque pensamos que no tiene por qué ser así, e incluso en muchos aspectos el soterramiento puede ser un gran logro para la ciudad de Almería.
Pero creemos importante hacer una puntualización: para soterrar un ferrocarril, cuando menos, es conveniente, o recomendable la electrificación de las líneas, al menos si lo que se proyecta es que los andenes de la estación sean subterráneos. Esas condiciones están muy lejos de cumplirse con la realidad actual de las líneas férreas que concurren en nuestra capital.
Analicemos este asunto.
En caso de que el Corredor del Mediterráneo (Euromed) llegara a Almería en un corto plazo razonable (como así debería de ser), no habría problema, porque se trata de una línea electrificada, pero, ¿se ha contado con la llegada del Euromed?, ¿desde dónde se soterraría el Euromed?.
En cuanto a la actual línea a Guadix y Granada, todos sabemos que de hecho está electrificada, pero sólo de Almería a Huéneja. Esta electrificación se puso en servicio a finales de los años 80 y estaba destinada exclusivamente a trenes para transporte del mineral desde las minas del Marquesado, pero sin llegar a cumplir ni 10 años, se suspendió con motivo del cierre de las explotaciones mineras en 1997.
Algo semejante ocurriría con nuestra actual conexión con el centro, Almería – Moreda – Linares, única alternativa posible para la conexión con Madrid mientras no dispongamos de la línea del Euromed. La electrificación del tramo Moreda – Linares no aumentaría sus prestaciones en gran medida, porque aunque se trata de una buena línea, muy sólida, como lo es la generalidad de la red española, las velocidades máximas que se pueden alcanzar aquí vienen determinadas por su largo trazado con muchas curvas por una difícil orografía, y no por la presencia o no presencia de electrificación.
En todo caso, la última palabra la tienen los técnicos y las normativas vigentes.
Joaquín Alcaráz Gárfia