Hacia finales de año, según las previsiones del Ministerio de Fomento, la línea de Alta Velocidad Antequera-Granada permitirá una nueva e importante reducción de los tiempos de viaje del transporte ferroviario entre Granada y ciudades como Málaga, Córdoba, Sevilla o Madrid.
En ese mismo momento, Almería volverá a registrar un nuevo y triste record: el de ser la única ciudad de la Comunidad de Andalucía que no se beneficiará, teniendo la línea de alta velocidad a una distancia relativamente cercana (180 km), de la construcción de un cambiador de ancho en las inmediaciones de la capital granadina que evite a los viajeros origen/destino Guadix y Almería la necesidad de realizar un transbordo.
Cuando en 1992 entró en servicio la línea de alta velocidad Madrid-Córdoba-Sevilla, nadie dudó por un momento de la oportunidad que suponía para las comunicaciones ferroviarias de Málaga la instalación de un cambiador en Córdoba que mejorase los tiempos de viaje entre Madrid y la capital de la Costa del Sol. La distancia que separaba dicho cambiador (que posteriormente quedó obsoleto) con la capital malacitana, era de aproximadamente 190 km.
Cuando en diciembre de 2006 la línea de alta velocidad Córdoba-Málaga pudo estrenar sus primeros 100 km de servicio directo, se construyó en la estación de Antequera-Santa Ana un cambiador de ancho para dar servicio, entre otras circulaciones, a los trenes de Algeciras-Madrid y v.v., separada la estación algecireña de este nuevo cambiador en unos 176 km. Esto no fue sino la consecuencia de una lógica previsión de acercar una vez más los beneficios de la alta velocidad a una ciudad a la que tardará en llegar esa nueva infraestructura.
Cádiz, Huelva, Granada son las tres ciudades restantes a las que un cambiador de ancho puso de nuevo en el mapa ferroviario de los tiempos competitivos. Jaén también pudo disfrutar aunque fugazmente de esa infraestructura.
¿Y cuál es el motivo de negar a Almería esta infraestructura? ¿Tal vez es que nadie se lo planteó?
No parece que haya demasiado entusiasmo en nuestra clase política para reivindicar una instalación relativamente sencilla y económica que puede resolver las molestias descritas para los viajeros y mejorar sensiblemente la calidad del viaje hacia Madrid o Sevilla, con importantes ahorros sobre los tiempos de viaje actuales.
Conviene recordar que cuando la Administración se lo propone y tiene interés se promueven en poco tiempo este tipo de instalaciones. El claro ejemplo lo tenemos en el cambiador de ancho existente en Alcolea de Córdoba, por cierto, sin uso desde hace años, en el que se invirtieron más de 16,5 millones de euros.
El 20 de marzo de 2009 la entonces ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, inauguraba a bombo y platillo esta instalación, construida por Adif y, a juicio de sus promotores, necesaria para que los trenes Jaén-Sevilla-Cádiz redujesen sus tiempos de viaje entre 28 y 44 minutos según los trayectos. Las obras se habían desarrollado en diez meses. El cambiador dual, equipado tanto para el sistema Talgo como para el sistema CAF, estuvo poco tiempo funcionando y lleva años sin uso.
Lo peor de esta historia no es el derroche de dinero invertido para lo que parece un capricho político pasajero. Lo peor es que esta instalación, como ha ocurrido con otros cambiadores, puede levantarse y reutilizarse para ser instalada en otro lugar, cuando el cambiador ya no es necesario, como en el caso muy reciente de Valladolid.
Si hubiese voluntad política, el Ministerio de Fomento no tendría más que encargar a Adif que levantase la instalación de Alcolea de Córdoba y la trasladase a Granada. Seguramente las obras no necesitarían una gran inversión y podrían coincidir con la llegada de la alta velocidad a la capital granadina, ciudad donde debería ser instalado.
Eso sí que sería un gesto de la Administración en la optimización de recursos y en acercar los beneficios de la alta velocidad a la provincia de Almería. Por su parte, Renfe tiene los modelos de trenes necesarios, con lo que la operación sería redonda.
Pero demasiado fácil para Almería. Es mucho mejor seguir tomándonos el pelo licitando de vez en cuando algún tramo de la línea de alta velocidad Murcia-Almería, que hacia el siglo XXII nos unirá definitivamente con Andalucía, vía Madrid.
Jesús Martínez Capel
Presidente de la Asociación de Amigos del Ferrocarril de Almería