La Voz de Almería

Antonia Villanueva, avillanueva@lavoz.almeria.net

El futuro Parque de Almadrabillas, cuyas obras se espera que comiencen de forma inminente, constituirá un nuevo espacio verde con una misión muy especial: abrir la ciudad al mar eliminando la barrera de uso industrial que hasta ahora arrinconaba esa franja costera, al tiempo que se le da continuidad con ella al Paseo Marítimo. Con una superficie de sesenta mil  metros cuadrados, el nuevo Parque, diseñado por los arquitectos Jesús  Basterra y Nicolás Cermeño, tendrá dos partes diferenciadas: la de  Poniente y la de Levante, separadas por la zona deportiva de Almadrabillas, el Centro de Actividades Náuticas y el Club de Mar.
Dos espacios Cada una de las dos áreas del Parque ha sido concebida  partiendo de unos condicionantes distintos. En la de Poniente, cuyo autor es Basterra, la configuración urbanística del nuevo espacio se ha amoldado a la presencia de elementos industriales y de infraestructuras  poco habituales en zonas verdes: el Cable Inglés, declarado Bien de  Interés Cultural, y las vías del tren que conectan con el puerto, cuyo  mantenimiento en activo ha exigido Renfe. Pero, además, el rectángulo que forma esa zona si se incluye el solar del edificio Trino, está partido  por la carretera nacional 340 y engloba a la gasolinera. El proyecto inicial del Parque incluye el terreno ya despejado de Trino y le da el mismo  tratamiento que al resto de la parte de Poniente del parque.
Aparcamientos y árboles Esta contempla la creación de un espacio de aparcamientos en las antiguas naves de la TAC, frente al Centro de  Actividades Náuticas, con 156 plazas de estacionamiento. Más a levante,  todo el actual descampado estará cubierto por 453 árboles (291 ficus   australis, de gran resistencia al aire salino; 112 palmeras washingtonias y 50 palmeras datileras). El área arbolada integrará en su conjunto al  antiguo cargadero de mineral y a las vías del ferrocarril. Además, los tres eucaliptos que ahora mismo existen se mantendrán en un área donde se ubicarán los juegos infantiles. Entre los aparcamientos y la zona de árboles, en línea transversal desde la Avenida Cabo de Gata hasta la   costa, una pérgola de 90 metros de largo por seis de ancho, de hierro y con techo de madera, ofrecerá un espacio adecuado para quioscos. El    arquitecto autor del diseño sugiere incluso una posible utilización en el futuro: como ubicación de la Feria del Libro. La parte de la playa se   pavimentará hasta la misma arena como una rampa de acceso para embarcaciones ligeras, a petición del Club de Mar. Por lo que respecta al   tratamiento de los viales, la intención es que la vía que discurre paralela a la playa desde el puerto hasta el Paseo Marítimo sea fundamentalmente peatonal. Para lograrlo se rebajarán las aceras, dejándolas al mismo nivel que la calzada con un tipo distinto de adoquín y dándole prioridad a los peatones con señalización. En principio, la intención es restringir el paso de vehículos, limitándolo a los de servicio y a la servidumbre de paso para el puerto y el Club de Mar. El acceso directo a éste se habilitará, no obstante, por la calle Ángel Jover, transversal desde la Avenida Cabo de Gata hasta las instalaciones del club. Plantas de color Por su parte, la zona de Levante, diseñada por Nicolás Cermeño, contempla el acondicionamiento y transformación del actual parque junto al edificio  Presidente, al tiempo que se aprovecha la diafanidad del espacio surgido tras el derribo de las naves. En esta otra área del parque se jugará con  zonas ajardinadas a base de plantas de color y aromáticas, además de palmeras y otros árboles. También habrá espacios de aparcamiento, concretamente cincuenta plazas.
Diez meses de ejecución Las obras han sido adjudicadas a la empresa Agromán de entre las 18 que se presentaron al concurso. La empresa ha planteado la ejecución en un plazo de diez meses, aunque inicialmente se había previsto en el proyecto que se hiciera sólo en cuatro. El futuro Parque de Almadrabillas costará cerca de los trescientos millones de pesetas, que serán financiados por la Empresa Pública del Suelo de Andalucía (EPSA), dependiente de la Consejería de Obras Públicas, y el Ayuntamiento de la capital, que firmaron en su día un convenio para el desarrollo del proyecto. //

// El tren en Almería, por Diego Alonso Berbel.
Una vez por semana, cruzo la pasarela que tenemos sobre la estación de ferrocarril. Cuando llego a la cima me detengo, para disfrutar durante unos momentos, de las bellas panorámicas que desde allí se divisan.
A lo lejos se ven los rascacielos de Aguadulce, sierra de Enix y sierra de Alhamilla. Debajo tenemos las vías del tren, que se ramifican a lo largo y a lo ancho.
Esta escena me recuerda la que vivía París, en agosto de 1975. En el itinerario desde mi casa a la iglesia, pasaba por una plaza llamada Place de E Europe.
Asomado a la barandilla, podía contemplar la entrada y salida simultánea de varios trenes, que todas las mañanas llevaban a la Gare Saint Lazare, numerosos viajeros que empezaban su tarea cotidiana. Lo hacían con lentitud, porque se encontraban a pocos metros de llegada. Aquella estación era un hervidero de gente. Se encontraba en el corazón de la ciudad y tenía numerosas puertas en todas direcciones.
La estación de Almería también está próxima. Desde cualquier punto, podernos llegar en un agradable paseo. Esta pasarela ha unido enormemente, barrios que parecían alejados.
Pero cuando miro hacia abajo, sólo veo dos trenes. El de Granada que acaba de llegar y el de Madrid que se dispone a salir.
Los de París estaban electrificados y se movían silenciosamente con un poderío notable, por muy largos que fueran. Los de Almería echan humo y suenan a chatarra.
La gente de Almería dispone de medios modernos de transporte por tierra, mar y aire. Cuando sale de aquí, aprende con facilidad como funcionan los buenos trenes. Al darse cuenta de que RENFE nos deprecia, lógicamente le da la espalda.
La vida de Almería se encuentra en dirección a Levante, Cataluña y Francia. Nos hace falta una línea férrea, que partiendo de Almería llegue hasta Almendricos, pasando por Níjar, Carboneras, Mojácar, Vera y Huércal -Overa.  Son 110 Kilómetros por un terreno llano y rectilíneo. Con los medios de que disponemos en la actualidad, un año sería tiempo suficiente para terminarla.
Utilizando la energía eléctrica, sería fácil unir Almería con Francia en 8 horas; lo que daría lugar, a que el tren se convirtiera en el medio de transporte más usado por los almerienses, granadinos y murcianos.
No es necesario explicar las ventajas que el tren tiene sobre los demás medios, cuando lo utilizamos en las debidas condiciones.
El tren regional de París corre a gran velocidad, con la mayor limpieza y comodidad. Con razón lo llamaban hace tiempo, el tren de¡ siglo XXI.
Nosotros tenemos ahora la ocasión de editar un nuevo tren regional en Almería. Todo es cuestión de proponérselo. Si alguien tiene duda de la capacidad de Almería para llenar esos trenes, que dé una vuelta por Roquetas y El Ejido y sabrá lo que estamos haciendo.
Diego ALONSO BERBEL