Fueron tres días muy intensos de puro tren, desde la salida de Almería hasta el regreso. La expedición de ASAFAL estaba compuesta por 13 personas que viajaron en Talgo III hasta Madrid y en el AVE de Talgo, el “pato” hasta Lérida para continuar el sábado con la ruta, esta vez en un magnífico tren histórico, dirección La Pobla de Segur, ya en el prepirineo.
Tras disfrutar de las excelencias de la alta velocidad, cuan lejos del sureste español, el grupo se dirigió inmediatamente hacia las instalaciones de la A.R.M.F. en Pla de Vilanoveta, en donde fueron amablemente atendidos por su personal, encabezado por Oscar Urgelés. Tuvieron la oportunidad de conocer de primera mano todo el material motor y remolcado que posee esta empresa, tanto el que está en activo como en fase de restauración. Todos quedaron impresionados por el ambiente del vapor, ya que estaba encendida la locomotora articulada Garrafeta, que llevaría el tren hasta Balaguer al día siguiente. Junto a esta, pendiente de restauración, se encontraba su hermana mayor, una gigantesca Garrat para trenes de viajeros. Cuando esté en orden de marcha el espectáculo será indescriptible; como lo será tomarse una cerveza en el coche-bar que están ultimando y que podemos ver en la fotografía.
En su página web www.armf.net se puede conocer detalladamente el parque que disponen.
El sábado, en vez de salir desde la estación, el grupo lo hizo desde la propia base de Pla para contemplar las maniobras y hacer fotografías sin gente alrededor del tren. Aquí, además del humo de las locomotoras de vapor y diesel, también lo echaban las cámaras de fotos y de vídeo.
El tren estaba formado por la Garrat + Yeyé + 4 coches 5/6000 y se estacionó en Lleida-Pirineus empujando por la vía de servicio. La salida, a las 11’00 h. espectacular, con energía, sin arrugarse frente a los pulcros AVE/ALVIA que se encontraban en vías contiguas. ¡Esto es un tren de verdad!
Todo el mundo saludaba a lo largo del recorrido, incluso los coches ralentizaban su marcha para poder contemplar este espectáculo, por desgracia, poco frecuente en nuestro país.
En Balaguer se cortó la locomotora de vapor y continuó con la 10800 hasta La Pobla; pero, a pesar de que hubiera sido extraordinario realizar el recorrido íntegro con la Garrafeta, la marcha por esta abrupta línea, totalmente renovada, junto al maravilloso paisaje que ofrece, compensa esa falta.
Un buen menú catalán en La Pobla y una visita guiada al interesante pueblo de Gerri de la Sal completaron el itinerario para regresar a Lérida a las 19 horas.
El domingo por la mañana, antes de la vuelta, un recorrido por el casco antiguo de la capital del Segre y un paseo por el rastro en donde hubo ocasión de adquirir algún objeto ferroviario.
El largo regreso hasta Almería se hizo más llevadero con tantas cosas para hablar en este viaje tan intenso y tan ferroviario.
Si tenéis ocasión, no la desaprovechéis y visitad este magnífico tren y recorred una linea de las pocas que quedan en la península para disfrutar del ferrocarril con intensidad.