Miguel Cabrera
Hace cien años, el aislamiento de Almería con el resto de España se rompió en parte gracias a la inauguración de la línea ferroviaria que unía a la ciudad con Linares.
Ayer, en los actos de conmemoración del centenario de esta línea, organizados por la Asociación de Amigos del Ferrocarril (Asafal), se hizo un llamamiento para que no sea necesario que pase otro largo siglo para unir a Almería por tren con el Levante español a través del Euromed.
Esta reivindicación, a pesar de ser unánime en la provincia, no parece estar recibiendo demasiados apoyos de la Administración. Ayer, sin embargo, fueron los representantes del partido en el Gobierno que participaron en la conmemoración los que aprovecharon para pedir la unión de los esfuerzos de todas las administraciones para lograr el Euromed cuanto antes.
Alrededor de 200 personas celebraron, en una lluviosa mañana, el cumpleaños de la línea con un viaje de apenas 75 kilómetros en un automotor Man 592, conocido entre los empleados de Renfe como el camello y uno de los trenes más antiguos de los que dispone la compañía en Almería, que actualmente es empleado sólo en casos de urgencia.
Los viajeros partieron a las 7,25 horas de la estación almeriense con destino a Fiñana, donde les aguardaba un intenso frío y un desayuno cortijero de café y pan con aceite.
Para combatir las gélidas temperaturas, copas de anís con limón. Los pasajeros tuvieron también la oportunidad de admirar la maqueta de un tren de vapor realizada por José Ferrer García, un mecánico de Renfe que mostró, orgulloso su obra, que funciona a través de un ingenioso sistema de aire comprimido.
Tras descubrir una placa conmemorativa en la estación de Fiñana, a los sones del himno de Andalucía tocado por la banda municipal de música – que después se arrancó con melodías de los Beatles y pasodobles-, el tren partió con destino a Gádor.
En el trayecto, y casi siempre entre una fina cortina de lluvia, los pasajeros tuvieron la oportunidad de observar un paisaje diferente al que se puede presenciar habitualmente en coche, y a, una cómoda velocidad de unos 65 kilómetros por hora, casi el doble que en 1899.
Atentos empleados de Renfe explicaban durante el recorrido las dificultades que entonces tenía el trazado del tren, uno de los tramos más sinuosos de España debido a un firme complicado.
La banda municipal de música y jóvenes vestidas con trajes típicos recibieron a los viajeros en Gádor, donde el alcalde, el parlamentario andaluz Eugenio Gonzálvez , descubrió otra placa mientras los presentes escuchaban esta vez el himno español.
Luego los viajeros fueron obsequiados con naranjas de la zona antes de partir ya con destino al final del trayecto: Almería.
El presidente de la Asociación de Amigos del Ferrocarril, Jesús Martínez Capel hizo, lleno de optimismo, un llamamiento para conseguir el Euromed antes del 2005, año en el que la ciudad podría organizar los Juegos del Mediterráneo.