Han tenido que pasar 44 años para que la llamada “Virgen de los Ferroviarios” subiera a hombros de los romeros la empinada cuesta que lleva a la estación de Doña María-Ocaña, antaño un hervidero de actividad, de locomotoras resoplando, de hombres curtidos en la vía, de sudor y trabajo,…; hoy, languideciendo, viendo los pocos trenes pasar, con su edificio de viajeros desconchado y abandonado a su suerte. Sin embargo, aquellas personas que hace años vieron su esplendor y su decadencia, han querido devolverle el bullicio de la gente a su andén recuperando una vieja tradición olvidada. La imagen de la Virgen de Fátima, popularmente conocida como “de los Ferroviarios”, por ser este importante colectivo el que por suscripción popular encargó la talla y promovió una Romería a la estación desde el pueblo de Doñá María, ha vuelto a hacer este recorrido el día 22 de mayo de 2004.
Fueron muchas personas las que se encontraron ese día para recordar tiempos pasados y disfrutar de un extraordinario día de primavera desde las 12 de la mañana hasta última hora de la tarde. Como manda la tradición, varios tractores y sus remolques, perfectamente engalanados con lo más vistoso de la flora del lugar, llenos de romeros de distintas edades, partieron desde Doña María encabezados por la imagen de la Virgen. A lo largo del itinerario se lanzaron cohetes y se recordó, en un monolito del recorrido, a los muertos de la Guerra Civil, para llegar a la zona en que debía de celebrarse la comida. Desde aquí se subió la Virgen a hombros hasta la estación, en donde se rezó, cantó y, como no, se hicieron las fotografías que recordaran este acontecimiento. Hasta el Talgo Madrid-Almería tuvo tiempo de silbar a su paso por esta preciosa estación en curva tan ferroviaria y, cosa curiosa, la megafonía lo anunció previamente. El cartel que ASAFAL preparó para el evento atrajo la atención de muchos asistentes por la antigua fotografía del grupo de romeros que en el año 1958 se encontraban en el mismo lugar. Los recuerdos se agolparon y las viejas historias afloraron.
El remate del día fue la paella gigante que se preparó en las inmediaciones de la estación y que sirvió de base para la comida campestre de esta singular romería ferroviaria. Ni que decir tiene que, tras la caminata y el calor primaveral, se dio buena cuenta del arroz y su acompañamiento.
El éxito de la Romería ha animado a sus organizadores, entre ellos el Vocal de la Junta Directiva de ASAFAL, Francisco López Gómez, ferroviario y de Doña María, para organizar la próxima edición y mejorarla. Uno de los objetivos es adecentar el edificio y recinto de la estación para que luzca como antaño lo hizo, cuando había cantina, cuádruples tracciones en los trenes de mineral y la actividad era incesante. Suerte y hasta el año que viene.